El hombre permaneció haciéndose el dormido hasta que las Brujas salieron volando por la ventana para llevar su maleficio a un bebé recién nacido.
El hombre seguidamente se levantó, cogió el mismo ungüento e imitó a las Brujas pero en lugar de pedir tres cuartos de hora pidió un cuarto de hora, para así llegar antes y poder prevenir a los padres del bebé de la intención de las Brujas.
Estos protegieron al niño con una estampa religiosa.
De regreso a su casa el hombre puso otra estampa religiosa encima de la ropa de las Brujas, así ellas no podrían vestirse y estarían condenadas a vagar desnudas para siempre, de manera que al llegar el día tendrían que permanecer escondidas .