Toda la historia de Port-Vendres está basada en su tradición marítima y existe desde la Edad de Hierro. Su nombre viene de Portus Veneris en la época de los griegos y los romanos.
Se dice que en esta época había un templo dedicado a Venus, centro de ceremonias y de culto, representando la eternidad de Roma.
Si damos un gran salto en la historia nos vamos a la época del reinado de los Reyes de Mallorca en el Siglo XIII. Cuando Portvendres aun dependía de España y que pasa a ser de Francia al acabar la guerra entre Francia y España por el Tratado de lo Pirineos en 1659 en la época de Luis XIV (1638 – 1715).
Es entonces cuando el Ingeniero Militar Vauban lo fortifica, convirtiéndose en una base militar y puerto preparado para la guerra.
Un poco más tarde, en el Siglo XVII el Rey Luis XVI decide remodelar el pueblo pesquero y abrir el puerto a todas las naciones. Además hace construir el Obelisco, del cual hablaremos más adelante.
En el Siglo XIX se añaden fortificaciones, y es en la 2ª Guerra Mundial cuando Port- Vendres vuelve a ser un lugar muy importante estrategicamente.
Ocupada por la Alemania Nazi y abandonada en agosto de 1944 gracias al desembarco de los aliados en la Operación Dragón. Como todos imaginamos en la retirada de los Nazis, destruyeron este pueblo.
Hoy en día se pueden ver los cañones en pleno paseo marítimo.